Comentario
Los estudiosos están de acuerdo en que los calendarios fueron creados por los olmecas, aunque en realidad no disponemos de evidencias fehacientes a este respecto. Lo que resulta indudable es que los calendarios se pusieron en vigor en el Formativo, a juzgar por una fecha encontrada en San José Mogote correspondiente al 600 a. C. También en Monte Albán existen fechas inmediatamente posteriores a este momento.
Los mesoamericanos utilizaron dos ciclos básicos en sus calendarios. Uno ritual, él más antiguo, que contabilizó 260 días, y fue conocido por los mayas como Tzolkin, y con el nombre de Tonalpohualli por los aztecas. Se componía de 20 días con sus nombres que se combinaban con un número del 1 al 13, de manera que su recurrencia coincidía cada 260 días. De innegable sentido ritual, ha pervivido hasta hoy día en algunas zonas específicas, como ciertos pueblos de los Altos de Guatemala.
El segundo ciclo sigue el comportamiento del sol. Consta de 20 meses de 18 días, más otro mes de 5 días. Los aztecas denominaron a este sistema con el término de Xihuitl y los mayas con el de Haab. De estos 365 días, sólo 4 pueden ocupar la primera posición de cada mes, y fueron denominados como Cargadores del Año. Los días aztecas Cargadores del Año fueron Acatl (rojo), Técpatl (obsidiana), Calli (casa) y Tochtli (conejo); y los mayas, Ik, Manik, Eb y Caban.
Ambos ciclos fueron combinados, dando lugar a un tercero denominado Calendario Redondo, de 52 años, tiempo necesario para hacer coincidir nuevamente la primera fecha de ambos calendarios. Este acontecimiento, del que participaron las principales civilizaciones mesoamericanas, fue muy celebrado, y tuvo un especial significado adivinatorio y ritual, que culminó con la celebración de las ceremonias denominadas del Fuego Nuevo.